Eleuterio Sánchez, El Lute, nació en 1942 en una chabola de Salamanca, donde su madre sordomuda lo parió mientras su padre estaba en la cárcel. Se crió en un ambiente de extrema pobreza, y a los siete años cometió su primer delito " le robe el bocadillo a un niño que iba a mi lado, de muy buen aspecto, para intentar aplacar mi hambre insaciable" .
Después de eso, pasó por un reformatorio, le echaron dos años de carcel por robar dos gallinas, estuvo en un campo de trabajos forzados, y tras el sonado atraco a una joyería de Madrid en el que murió el vigilante, fue condenado a muerte -sin haber derramado una gota de sangre- por un consejo de guerra en el que no contó con defensa, pena que se le conmutó por cadena perpetua a treinta años.
Según Eleuterio "El sistema venía a por mí, como a por los miles de Lutes que había entonces... Pero era una justicia clasista que buscaba eliminar a una clase social”. Asegura El Lute que a él no le interesa la parte de aventura que tiene su vida, sino la de antropología social. En su mensaje a la sociedad señala “quiero que vean cómo, por mucho daño que se haga al ser humano, con conciencia crítica y motivación se puede alcanzar cualquier meta".
Cuando entró con 22 años a la cárcel, firmaba con el dedo, y allí no sólo aprendió a leer, sino que se convirtió en licenciado en derecho, ejerció como abogado penalista en el bufete de Tierno Galván, y escribió cinco libros. Pero no aguanta oír hablar de reinserción, de la que opina que "es la hipocresía del sistema" , prefiere citar el tesón.
Dieciocho años en la cárcel no le han hecho un hombre mejor, pero sí le abrieron la puerta de la cultura. " La vida es cuestión de motivaciones. Cuando el pueblo está preparado, no hay dictadura. Sin libertad no servimos para nada", sentencia. Preguntado por el actual sistema carcelario, asegura verlo muy mal, marcado por la masificación y lleno de gente que está enferma y no debería estar en la cárcel. Y añade que "el sistema judicial, por desgracia, se sigue cebando en las clases menos favorecidas. Los jueces no están muy concienciados desde el punto sociológico".
Eleuterio escribió Camina o revienta en 1977, cuando era ya un mito y su libro se convirtió en un best-seller. Este hombre que entró en la cárcel analfabeto, protagonizó sonoras fugas, desafió al aparato del Estado y finalmente se convirtió en abogado, vive en Sevilla, ejerce de padre de familia y dice haber dejado muy atrás el personaje de El Lute,
"Se sobredimensionaron los hechos que yo protagonicé. Para unos, fui un héroe; para otros, una bestia. Yo no deseaba la fama. No la acepto, no me gusta. Pero con mi historia salieron a la luz muchas cosas ocultas. Creo que sigue vigente por los valores humanos de los que habla".
Eleuterio Sánchez habla de El Lute en tercera persona, como si de otro hombre se tratara, porque considera que esa denominación corresponde a la leyenda que parte de hechos ciertos, la historia de un rebelde con causa y en la actualidad un personaje absolutamente kafkiano, impensable hoy, afortunadamente.
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